Cochambre editorial

Beà me pasó hace meses esta ilustración con el comentario que sigue a continuación. Un buen documento para hacerse una idea de cómo funcionaban las editoriales hace unos lustros.

No sé si te mandé esta portada. Es del 52. Aunque parezca imposible, el dibujante nunca había visto una puerta con pomo. Observa dónde lo ha puesto. No exagero, había mucha gente en la posguerra que jamás había visto una puerta más o menos seria, y los dibujantes no nos importaba otra vida que la de los tebeos.  ¿Nadie se dio cuenta del error cerrojero? ¿Ni el tío que recogió el original, ni la secretaria de Bruguera, ni el fotolitero, ni nadie de la imprenta vio eso? Es posible que lo vieran. Es posible que el mandamás dijera ¿y qué pasa? Y no pasó nada. Siempre seremos un país infeliz y en estado amébico, incluso.

10 comentarios

  1. Lo más probable es que el pomo esté originalmente en su sitio pero al estar la ilustración limitada a la silueta de la cerradura quedase tapado. También tiendo a pensar que (ya sea por iniciativa propia o sugerencia del editor)decidió colocarlo en un lugar bien visible para que se notara claramente que se trata de una puerta (cosas más raras se han visto). Porque poco importa que el escudo de un guerrero fuese de un grosor de unos diez centímetros y debiera pesar una tonelada, lo importante era que se notase claramente que era un escudo.
    Un abrazo.

  2. Pingback: La puerta que nunca se cerró. « Escola Joso Weblog

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