Hola de nuevo, terrícolas.
Micro crónica con mucho retraso (désolé) y resaca veraniega (avec plaisir):
La red de librerías BD-World y la asociación La Grande Ourse dedicaron unas jornadas al cómic español, del 13 al 15 de junio, en Wavre, Bélgica.
Hacía años que no cogía un avión porque un trasto de metal que pesa toneladas y vuela no me inspira confianza. Aún así me había propuesto perderle el miedo…
Salida de BCN con un avión de Vueling: anuncian 2h. de retraso en la salida, pero no importa porque me encuentro con Pedro J Colombo y Aintzane y eso es toda una sorpresa y motivo de alegría. Llega el momento de subir a la nave y me jalo una pastillaca “quitamiedos” que me ha proporcionado un amigo. El vuelo lo paso la mitad durmiendo la mitad en la parra. La llegada a Bruselas (¡en viernes 13!) no pudo ser más atropellada. En el aire, a punto de aterrizar: baches, sacudidas y algún grito aislado. En pleno aterrizaje: el avión tomó tierra dando saltos. La chica que estaba sentada a mi derecha agachó la cabeza sobre sus rodillas, se cubrió con las manos y empezó a gritar… Como iba dopado las sacudidas del avión me importaron tres pimientos, pero tras lo ocurrido este mes de agosto en Barajas otra vez se me han quitado las ganas de volar.
En cuanto pusimos los pies en tierra todo fue de maravilla. Bélgica mola. Las mejores cervezas y chocolates del mundo, los precios son correctos, mucha vegetación, no hace calor y la gente es simpática.
Sergio Bleda & Ana, Sergio Meliá, Javier Navarro, Pedro J. Colombo & Aintzane y yo pasamos tres días estupendos en compañía de Mike, Dirck, Bernard, Tony, Patrice, Marie, Quentin, François y otros nombres que no recuerdo.
Cada vez que subía al coche de Mike para ir del hotel a la librería era como entrar en una cápsula anti-estrés: siempre sonaba Pink Floyd por el equipo de música.
La librería BD-World de Wavre es impresionante. Es muy grande y completa. Organizan actividades como cursos de dibujo o cualquier evento que esté relacionado con el cómic. También tiene un pequeño restaurante en la planta superior y la pareja que lo atiende nos trató como si fuésemos sus hijos. Realmente me sentí como en mi casa.
Las sesiones de firmas muy cómodas y con tiempo para recrearnos en los dibujos. La exposición muy bien presentada y con algunos originales en venta. También habían originales expuestos de los autores que han ido pasando por la librería.
Foto: cortesía de Sergio Bleda
Foto: cortesía de Sergio Bleda
Y por las noches muchas risas. La última juerga fue en compañía de Marie, Quentin y François, tres trabajadores de WD-World muy divertidos con los que llegué a llorar de las risas que nos hicimos.
Si bebes no te muevas: salimos del restaurante, atravesamos una zona residencial universitaria, luego un bosque y acabamos cruzando una autovía corriendo como conejos…
Pedro J. pidió un Bloody Mary y se lo trajeron con una ensalada incrustada (con su tomate, pepino, rábano y su fruta exótica) a parte de un fresón de papel y una especie de plumero brillante. Sólo le faltaba una bengala. François, Quentin y Marie no dan crédito a lo que ven.
Voy a empezar a tramitar una solicitud de adopción para que WD-World o La Grande Ourse me acojan en su seno 🙂
Otras infos sobre lo mismo:
Pedro J Colombo
Jean Jacques Procureur
Javier Navarro
Sergio Bleda
Joer que buena pinta tiene esa librería…. da como envidia no?
Hasta ver tu post, era feliz paseando por arco del triunfo, pero ahora?
!Malegro por vos Jaime!
Hola Javi.
Tiene buena pinta ese proyecto de tu blog. Por cierto, los dibujos que has colgado con ese trazo fino (lápiz, Pilot o lo que sea) son muy buenos. Yo también le he estado dando vueltas a lo de volver a entintar con trazo finolis como cuando usaba plumilla (allá en la prehistoria).
Un abrazo.
Ya era hora de que abrieras el chiringuito. Me encanta la minicrónica 😀
Tengo un mono de minifestivales como este…
A ver si nos vemos pronto
Un abrazo
Caray cuantas aventuras… me ha hecho gracia lo del aterrizaje. Me he acordado de una vez, cuando era pequeña, que iba en avión y por lo visto pasamos por una zona de turbulencias. Fue un poco a saco porque íbamos dando botes bastante considerables encima de los asientos. Todo el mundo estaba muerto de miedo menos yo, que como era una inconsciente me pareció de lo más divertido el rollo montaña rusa y me lo pasé genial. Menos mal que no me creó ningun trauma… y menos mal también que no me ha vuelto a pasar…
Se acabaron las batallitas por hoy, esto era para decirte que por estadística es dificil que te vuelva a pasar algo así. Aunque con las compañías low cost nunca se sabe, je, je…
Pedro, yo firmaba ya 🙂
María, ahora estoy con el miedo en el cuerpo con el tema de los aviones. Creo que necesitaría chutarme dos trankimacines para volver a volar 🙁