En esos momentos en que necesitas una recarga de energía para pisar el acelerador y terminar las páginas pendientes, nada mejor que unos clásicos del metal.
Son tres salvajes, son los mejores, son Motorhead. Capaces de meter más follón que toda la borregada que se pueda juntar en un estadio de fútbol. Después de Iron Fist la formación fue cambiando hasta acabar convertida en cuarteto, siempre con Lemmy Kilmister al frente. El de la voz de cazalla y sus compinches arrojan vatios y chulería a partes iguales. Al salir de sus conciertos, en los 80, recuerdo que íbamos toda la pandilla con un zumbido en los oídos y andando con la cabeza bien alta.